lunes, 24 de agosto de 2009

Carpe diem quam minimum credula postero























De vez en cuando decido "carpe-diemear", sí, cometer alguna pequeña locura, salirme de mi rutina o actuar por impulsos sin pensar demasiado en ello, aprovechando el momento de una manera casi infantil. Pero reconozco que no es lo habitual en mí y suelo meditar demasiado sobre todas las cosas y también postergarlas, a veces, hasta el olvido (especialmente cuando hace tantísimo calor, que es cuando más me aplatano). Todo acto tiene su consecuencia, me digo, así que será mejor que pienses antes de actuar... También me busco mil excusas para dilatar el momento o para no hacer nada. El caso es que cuando exprimo la vida como a un limón por lo general me da una dulce y deliciosa limonada. Pero después de alguna emoción, de vez en cuando, suelo volver al redil, a mi rutina tranquila y a perder el tiempo o, al menos, a no aprovecharlo ¿por qué lo hare? ¿es pura vaguería, miedo, inseguridad...? Sólo se que la sensación de perder el tiempo es una sensación espantosa.

domingo, 2 de agosto de 2009

Donde el corazón te lleve

















¿Es sólo una tonta impresión mía, o parece que hoy en día las personas se implican cada vez menos las unas con las otras? ¿Por qué la mayoría de la gente tiene miedo a comenzar una nueva relación después de sufrir una rotura de corazón? ¿Para no volver a sufrir? ¿Por comodidad? Podría pensar que se trata de un modo de vida libremente elegido pero, entonces, ¿Por qué los seres humanos se sienten cada vez más solos? Yo sólo se que el temor a sufrir impide volver a sentir...

"Detras de la libertad se esconde frecuemente la dejadez, el deseo de no implicarse. Hay una frontera sutilísima, atraversarla o no atraversarla, es asunto de un instante, de una decisión que se asume o se deja de asumir, de su importancia te das cuenta sólo cuando el instante ha pasado, sólo entonces te arrepientes, sólo entonces comprendes que en aquel momento no tenía que haber libertad sino intromision: estaba presente, tenías conciencia, de esa conciencia tenía que nacer la obligación de actuar. El amor no conviene a los perezosos, para existir exige gestos largos y precisos..."

Donde el corazón te lleve - Susanna Tamaro