martes, 18 de octubre de 2011

Los sueños












Últimamente mis sueños son cada vez más surrealistas… En uno de ellos, vivía muchas aventuras en diferentes lugares y épocas y al final, me veía como una mujer algo mayor de la que un hombre se despedía porque decía que tenía que seguir viajando, entonces se subía al puente de Londres porque en mi sueño allí había un portal para viajar en el espacio y tiempo…

No hace mucho y en una misma noche tuve varios sueños encadenados de los que recuerdo dos. En uno de estos sueños, soñé con un niño muy especial, tendría como unos 11 años, era un ser muy sabio y tenía conocimiento de muchas cosas. Él se dirigió a mí y me dijo que en otra vida éramos dos chiquillos, que estábamos en la playa y que él estaba enamorado de mí pero que yo no le hacía caso, entonces yo le dije: “No te preocupes, aunque yo soy mucho más mayor que tú ya que solo eres un niño y no podremos estar juntos como pareja, en esta vida yo te quiero”. Después tuve otro sueño, soñé que acudía a una comida familiar y cuando llamaba a la puerta de la casa, a mi lado había un hombre de unos cincuenta y tantos años, yo pensé que era un invitado y que también acudía a la comida pero cuando entramos en la casa, nadie se dirigía a él, sólo me saludaban a mí, todo me parecía muy extraño, incluso él se sentó a la mesa, a mi lado, entonces le miré y le pregunté: “¿Nadie puede verte, verdad?” y él me contestó: “Solo puedes verme tú”. De repente me desperté y me quedé con la sensación de que ese hombre tenía algún tipo de mensaje para mí.

Quizás el sueño más inquietante fue el que tuve anoche. Soñé que mi hermana regresaba del pueblo de mis padres, de visitar a mi abuela (la cual falleció hace bastantes años) y se había traído sin permiso de ella un muñeco muy antiguo que había encontrado en un armario, me lo enseñaba y a mí me gustaba tanto que me lo regalaba. Era un muñeco muy extraño, como de hombre joven, con cara de porcelana pero el cuerpo estaba hecho de hierro y madera. Pesaba mucho. Estaba muy bien vestido excepto porque en un pie (a pesar de que tenía tallados dos zapatos) tenía una deportiva puesta y en el otro no. El muñeco tenía como una especie de llave detrás de la cabeza que si la girabas, empezaba a sonar una canción de dentro del muñeco, era una canción alegre en francés y el muñeco crecía, se hacía de tamaño natural, se volvía humano. En cuanto la canción terminaba (era breve), volvía a ser un muñeco y regresaba a su tamaño original. Yo estaba tan orgullosa del muñeco que me lo llevaba a una especie de reunión o fiesta y allí se lo enseñaba a todo el mundo y accionaba la llave, entonces la canción en francés comenzó a sonar y el muñeco creció y se hizo humano, pero yo le noté triste y le pregunté si quería que le sentase en un sofá, él me dijo que sí, entonces supe que el muñeco prefería su condición de muñeco a humano. En esa fiesta tenía temor de que mi abuela apareciera y que se enfadara al ver que yo tenía su muñeco. Me gustaba mucho ese muñeco pero a veces me daba miedo. Lo último que recuerdo del sueño, es que estaba en la fiesta pero lo había dejado en una cama debajo de prendas de ropa y al pensar en él, como en ese momento me daba un poco de miedo, prefería seguir en la fiesta y pensaba que ya iría, en otro momento, a por él.